Seria algo ceremonial pero no tan a lo iglesia, elegante pero simple.
Los preparativos me traían loca, pero por suerte tenia la ayuda de mamá, Julian estaba tan tranquilo que a veces me daban ganas de golpearlo.
-Mañana tenemos que partir a Cuba, ¿Armaste las valijas?- Hablábamos mientras estábamos acostados en la cama, como siempre lo hacíamos.
-Tranquila Ori- Se rió, y me rodeo con sus brazos dándome un beso cálido en la frente.
Me separe un poco de Julian para poner la alarma y volví a sus brazos, mañana partiríamos a las 7 de la mañana así que nos dormimos enseguida, abrazados.
Suena y suena la arma, no deja de sonar.....
-ESTUPIDA ALARMA- la agarre con los ojos cerrados todavía, y la revolee a la puerta, el ruido que se creo al chocar, caer y romperse en mil pedasitos en el piso, hizo que me despierte aun mas.
¿Estaba consiente que es día me comprometería con el amor de mi vida? Sentí un cosquillo en mi vientre, los nervios empezaban a aumentar, empece a besar la boca de Julian para que se despierte.
-Mjg-
-Si mjg ,dale
Comenzó a besar mis labios a cada beso le ponía un poco mas de pasión , sentí como una de sus manos subía por mi pierna hasta llegar a mi cintura, así desaciandose de la parte de arriba de mi pijama, en la forma que lo hacia, hacia que me estremeciera, le siguieron unos besos que hacían que el placer aumentara. Y todo paso de una forma rápida...WOW.
-Dale, levántate que ya nos vamos- Me levante de la cama dirigiéndome hacia el baño, pero antes de salir me interrumpió.
-Sabes que me arrepiento....
Me di vuelta lentamente, el corazón me dejo de latir por un momento hasta que continuo la oración.
-Me arrepiento de no haberte conocido mucho tiempo antes...
Sonreí, y camine hasta el, plante un beso en sus labios y ahora si me fui a ducharme.
En la ducha no dejaba de pensar lo que seria el día de hoy, deseaba congelar todos los momentos y vivir el mismo día cada día de mi vida.
-Dale Ori que se hace tarde!!!- Esta vez era el el que me apuraba.
Termine de ponerme mis calsas negras, agarre mi tapado rojo, cruce mi cartera negra por mi pecho y salí de la habitación, Julian ya había cargado las valijas en el taxi y me esperaba abajo.
Me vio salir por la puerta y una sonrisa se produjo en su cara, y al igual en la mía. Me dio la mano y ambos subimos al taxi en la parte trasera, y ahí nos dirijiamos hacia el aeropuerto.
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